LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE POYO

Alejandro J. Pérez Cueva (Dep. Geografía, Univ. València)

En la reconstrucción forense que se está llevando a cabo de la riada de la Rambla de Poyo de 29 de octubre de 2024 participan muchos tipos de profesionales: climatólogos, hidrólogos, ingenieros… hasta jueces. Y se busca todo tipo de culpables: barrancos, usos del suelo, gestores del territorio, gestores de la tragedia… Desde el primer momento surge la palabra “Poyo” y se focaliza sobre esta rambla la atención. La riada en Chiva ayuda, el desastre en los polígonos industriales del Pla de Quart, en el Centro Comercial Bonaire…, también. Las graves afecciones a la red viaria (AVE, By-pass…) parecen dejarlo claro. Y los antecedentes y mala fama de la rambla lo confirman. Caso cerrado.

Figura 1: Subcuencas de la rambla de Poyo y el barranco de la Saleta. Elaboración propia.

Pero el Poyo tiene dos hermanos menores, los barrancos de Horteta y Gallego. El primero de ellos confluye con el Poyo en Torrent, justo antes del punto apical del gran abanico aluvial en el que se produjo la riada. La riada fue tan grande que en esta ocasión se desbordó ya desde este punto, inundando toda la llanura, tanto al norte como al sur del barranco. Su magnitud se ha extrapolado desde el aforo del Poyo en el Pla de Quart, que llegó a registrar 2.283 m3/seg, antes de romperse a las 18:55. Se ha llegado a hablar de picos de más de 3.000 m3/seg en algún instante y se ha dado a entender que el responsable principal y casi exclusivo era la rambla de Poyo. Pero tanto el barranco del Gallego, como el de Horteta, aportan sus aguas a Poyo después del aforo, y su caudal no pudo ser medido.

¿Quién golpeó primero? Y ¿cómo fue el golpe de estos barrancos? ¿Sumaron sus aguas al pico de crecida de la rambla de Poyo, o tuvieron una vida hidráulica propia en la génesis de la riada? El único modo de intentar acercarse a lo que pasó es reconstruir la riada con un modelo hidráulico alimentado con precipitaciones que tengan la máxima desagregación temporal posible. Estas, además, deben ser contrastadas rigurosamente, pues hubo muchos fallos de registro durante la jornada en las estaciones automáticas.

Figura 2: Aportaciones horarias de volúmenes de precipitación en diferentes subáreas de la cuenca de la Rambla de Poyo. Elaboración propia a partir de datos de precipitación de observatorios de AEMET, AVAMET, SAIH-CHJ, IVIA, MetPif GVA y SISRITEL.

Pero el simple análisis de la temporalidad y distribución espacial del volumen de las precipitaciones permite elaborar hipótesis bastante fiables. En el estudio que hemos llevado a cabo, citado al final del artículo, sobre la evolución horaria de las precipitaciones del día 29 de octubre, aparecen algunas ideas claras:

  1. Los aportes de precipitación de 16 a 19h en la parte de cuenca aguas abajo del aforo durante la segunda riada del Poyo, la catastrófica de la tarde, son mayores que los caídos en la parte de cuenca aforada.
  2. La precipitación comenzó a caer con fortísimos volúmenes en las cuencas de Horteta y Gallego al menos una hora antes de hacerlo en las cabeceras de Poyo; sólo la parte baja de la cuenca aforada, la que se extiende tras la confluencia de los barrancos Grande y Chiva en Cheste, tuvo un comportamiento similar al de la parte no aforada, pero sus aportes no llegan a alcanzar ni un tercio del total.
  • Los aportes pluviométricos horarios de la parte aforada tienen dos picos temporales, a las 18h y a la 20h, hora esta última que es cuando las lluvias en las cuencas de los barrancos Grande y Chiva ya fueron claramente mayores que las del resto de la cuenca.

Figura 3: Riadas de la rambla de Poyo el 29 de octubre de 2024 registradas en el aforo y aportaciones pluviométricas aguas arriba. Elaboración propia a partir de datos de la SAIH-CHJ y de la red de observatorios utilizados para el cálculo de volúmenes.

En conclusión, pudo haber pasado que quien golpeó primero fuera Horteta (a pesar de la pérdida de 2’2 hm3 en la cantera de Calicanto), con la ayuda de Gallego, el hermano más pequeño, y luego llegase el agua de la parte baja de la cuenca de Poyo, el hermano mayor y quien se está llevando la mala fama de la responsabilidad. La llegada de estas aguas del Poyo, además, tuvo una dificultad añadida, pues parte de ellas derivó hacia el NE y saltó a la cabecera de la rambla de Saleta.

En todo caso, solo caben dos soluciones, a) o se juntaron los picos de Horteta, Gallego y parte baja de Poyo (la que rompió el aforo con 2.000 m3/seg), y entonces la riada pudo triplicar o más esta cantidad o, lo más probable, b) golpeó primero Horteta y seguidamente lo hicieron Gallego y Poyo, con una cierta laminación del pico de crecida. Lo que seguro no ocurrió es que la responsabilidad principal fuera de las cabeceras de Poyo, cuyos grandes aportes fueron más tardíos y más alejados del punto apical del abanico aluvial.

En “La importancia de llamarse Ernesto”, la comedia de Oscar Wilde, los dos hermanos llevaban una doble vida para eludir las responsabilidades sociales. ¿Está Horteta eludiendo las suyas? La diferencia es que ni Poyo ni Horteta deciden por sí mismos; fue la torrencialidad de la lluvia quien lo hizo. Y que estamos ante una tragedia con multitud de víctimas.

 

PARA SABER MÁS: Pérez Cueva, A.J.; Armengot Serrano, R.; Fansa Saleh, G.; Núñez Mora, J.A. & Revert Ferrero, A. (2025): “Estudio cronológico de los volúmenes de precipitación en las subcuencas de la rambla de Poyo en el episodio del 29 octubre de 2024”. Investigaciones Geográficas (84) (en prensa).

Alejandro J. Pérez Cueva
Alejandro J. Pérez Cueva
Departamento de Geografía. Universitat de València.
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