Consumo de agua en los hogares en tiempos de COVID

La pandemia de COVID-19 y el confinamiento inicial de buena parte de la población en los hogares ocasionó cambios sustanciales en las formas de consumo de recursos en los hogares (agua, energía y alimentos, principalmente). En el caso concreto del agua, la mayoría de los estudios realizados hasta el momento coinciden en afirmar que el consumo en los hogares aumentó, especialmente durante el período de confinamiento más estricto. Sin embargo, este aumento no ocurrió en todos los hogares de manera homogénea, sino que se dieron diferencias sustanciales atendiendo a la diversidad de características demográficas, socioeconómicas y urbanísticas dominantes en cada uno de ellos.

Es en este contexto, donde el proyecto RITA – urban water cycle ResIlient To pAndemics plantea como uno de sus objetivos identificar y analizar los cambios que se han dado en los usos y el consumo de agua durante las diferentes fases de la pandemia, así como los principales factores que puedan explicarlos, e integrar todo este nuevo conocimiento en la mejora de los procesos de planificación y gestión de las ciudades. El caso de estudio elegido para ello es la ciudad de Girona, una ciudad relativamente pequeña (aproximadamente 100.000 habitantes) pero representativa de la variedad de perfiles urbanos y sociodemográficos que podemos encontrar en muchas de las ciudades del sur de Europa.

El consumo doméstico de agua depende fundamentalmente de dos tipos de factores fuertemente interrelacionados: los vinculados a las características socioeconómicas de la población y los vinculados al modelo urbanístico dominante. En el caso de la ciudad de Girona se confirma esta afirmación ya que los niveles de renta de sus residentes y la tipología edificatoria (viviendas unifamiliares versus bloques de apartamentos) aparecen como los dos factores explicativos clave del consumo de agua.

Sin embargo, la pandemia provocada por el COVID-19 tuvo efectos sin precedentes en muchos hábitos de la vida diaria, incluida la forma en que se consumía el agua en el hogar. El consumo doméstico de agua aumentó en el año 2020 en poco más de un 4% en comparación con el año 2019, pero el aumento fue aún mayor (del orden de un 7%) en comparación con 2018. Si comparamos el consumo entre los meses de confinamiento más estricto de la población (marzo-junio 2020) respecto al mismo período de los años precedentes, los resultados del estudio indican como, en términos relativos, el mayor aumento en el consumo de agua se produjo en los hogares situados en edificios plurifamiliares, de rentas medias-bajas y con mayor presencia de jóvenes. Un incremento sin duda atribuible a los cambios producidos en la composición de los hogares (reagrupamiento familiar y mayor tiempo de permanencia en el hogar), en las formas de trabajo y estudio (teletrabajo y telestudio) y a la incorporación de los hábitos WASH (Water, Sanitation and Hygiene) entre los convivientes.

En el extremo contrario, los hogares situados en edificios unifamiliares que cuentan con espacios exteriores con jardín y/o piscina, de rentas altas, llegaron incluso a disminuir el consumo de agua a consecuencia de unas condiciones meteorológicas (la primera mitad del año 2020 fue especialmente lluviosa) que propiciaron unas menores necesidades de irrigación y/o limpieza de los espacios exteriores de la vivienda. Las condiciones meteorológicas mantienen, pues, su condición de factor clave en el consumo global de agua de una ciudad incluso en situaciones disruptivas como fueron los meses de máximo confinamiento de la población en sus hogares.

En conclusión, la mayor parte de los cambios de consumo de agua en la ciudad durante el período de confinamiento se producen en el interior de los hogares. Los convivientes en estos hogares dejaron de consumir agua en otras localizaciones hasta entonces habituales (como el lugar de trabajo, la escuela o los centros y complejos deportivos) para hacerlo en sus hogares.

Entender los cambios producidos ante situaciones como las vividas a raíz del período de confinamiento más estricto, sus causas y efectos sobre los hogares puede ayudar a preparar estrategias para mejorar el abastecimiento de agua y ayudar a las ciudades a ser más resilientes frente a situaciones disruptivas, difíciles de predecir y que pueden tensionar las fuentes de abastecimiento de recursos hídricos en momentos de máxima demanda. Es especialmente en los hogares situados en edificios plurifamiliares, de rentas medias-bajas y con mayor presencia de jóvenes donde se dan los mayores incrementos porcentuales en el consumo de agua doméstica. Es aquí donde los responsables de la gestión del agua de las ciudades deben dirigir los esfuerzos para garantizar su suministro durante los momentos de máxima demanda.

Para más información

RITA – urban water cycle ResilIent To pAndemics <http://www.lequia.udg.edu/research/ongoing-projects/item/2805-rita.html>

Anna Ribas Palomª, Maria Torres Bagurª, Manel Poch Espallargasª y David Saurí Pujol*
Anna Ribas Palomª, Maria Torres Bagurª, Manel Poch Espallargasª y David Saurí Pujol*
ª Universitat de Girona / * Universitat Autònoma de Barcelona
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