Captando la niebla: ¿nuevo recurso de agua en tiempos de escasez?

El cambio climático no sólo está provocando el incremento de la temperatura, sino que también tiene efectos sobre el resto de variables climáticas, entre las que se encuentra la precipitación. En la región mediterránea, la lluvia siempre ha sido la principal fuente de entrada de agua al sistema, caracterizándose por su irregularidad, con largos periodos sin precipitaciones, especialmente durante el verano, que se alternan con episodios de lluvias intensas concentradas principalmente en otoño. Esta variabilidad ha llevado a que históricamente se desarrollen estrategias de aprovechamiento muy eficientes del recurso hídrico disponible en la región.

Sin embargo, estudios recientes han evidenciado que esta irregularidad se está intensificando, lo que implica una mayor frecuencia y duración de los periodos sin lluvia, comprometiendo cada vez más la disponibilidad de agua para los distintos usos. Ante este escenario, se considera necesario explorar fuentes alternativas de abastecimiento hídrico, entre las que se encuentra la recolección de agua de niebla.

La recolección de agua procedente de la niebla consiste en captar las microgotas de agua suspendidas en el aire mediante dispositivos pasivos expuestos al viento y de bajo coste. Se trata de una alternativa sencilla y económica, que se utiliza desde hace años en regiones como el norte de Chile, el suroeste de Marruecos o las Islas Canarias. En estos lugares, la recolección de agua de niebla ha permitido abastecer de agua a comunidades rurales que anteriormente no disponían del recurso o cuyo acceso era limitado.

Estos sistemas han demostrado ser útiles en regiones de climas áridos o semiáridos, donde las precipitaciones son escasas o irregulares y la presencia de niebla de advección es frecuente. Este tipo de nieblas es común en zonas litorales con montañas cercanas a la costa, como ocurre en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica, donde las condiciones geográficas y climáticas favorecen la aparición de niebla de manera frecuente. Basta con observar montañas litorales como el Montgó, la Sierra de Bernia o el macizo del Mondúver, para comprobar cómo sus cumbres aparecen con frecuencia cubiertas por nubes bajas que, en realidad, no son más que niebla en contacto con el terreno.

Desde el año 2003, el equipo CLIMAMET de la Universitat de València analiza el potencial de captación de agua de niebla en el litoral mediterráneo de la Península Ibérica. Con la instalación de una red de 23 colectores dispuestos en puntos estratégicos del litoral mediterráneo peninsular, desde Girona hasta Almería, se ha generado una base de datos que ha permitido analizar los volúmenes captados, su distribución estacional y las posibles aplicaciones del recurso en un contexto de creciente escasez hídrica.

 

Los datos hablan: un nuevo recurso con alto potencial para aplicaciones ambientales

Los datos recogidos han permitido evaluar con detalle el comportamiento espacial y temporal de la niebla a lo largo del litoral este de la Península Ibérica.

  • Los volúmenes de agua recolectados en las diversas campañas han demostrado que, de forma general, es posible captar entre 2 y 5 litros de agua al día por cada metro cuadrado de malla captadora que se instale (l/m²/día). Esto implica que un captador de 20 m2 podría recolectar entre 14.600 y 36.500 litros de agua procedente de la niebla al año.
  • Aunque las mayores captaciones se producen en montañas litorales, también se han obtenido volúmenes significativos en zonas más alejadas de la costa.
  • Cabe destacar el sur peninsular, y en particular zonas como Cabo de Gata, caracterizado por una precipitación anual extremadamente baja, como un sector donde la recolección de agua de niebla es especialmente relevante.
  • Al igual que ocurre con la lluvia, las mayores tasas de captación de niebla se producen en otoño y primavera. No obstante, el mayor número de días con presencia de niebla se concentra en verano, lo que resulta especialmente valioso dada la escasez de precipitaciones en esa estación del año. Además, también se ha observado que las horas nocturnas y de madrugada son las más propensas para la captación, ya que la radiación solar, especialmente en verano, tiende a disipar la niebla.

Si bien la captación de agua de niebla no puede satisfacer grandes demandas urbanas o agrícolas, su principal valor reside en su capacidad para cubrir necesidades puntuales, fundamentalmente en entornos semiáridos. Los datos obtenidos a lo largo de más de una década de investigación confirman su potencial como recurso hídrico complementario, especialmente útil en aplicaciones ambientales como la restauración de ecosistemas degradados, la recarga de balsas para la lucha contra incendios o el suministro de agua a la fauna silvestre.

En el contexto actual de cambio climático, caracterizado por una creciente escasez de agua en regiones mediterráneas, resulta imprescindible investigar y desarrollar fuentes alternativas de abastecimiento hídrico. En este marco, la captación de agua de niebla se presenta como una opción, especialmente en áreas del litoral mediterráneo de la Península Ibérica, donde los periodos de sequía son cada vez más prolongados y frecuentes.

 

Para saber más:

Corell, D., Estrela, M.J., Valiente, J.A. (2022). Seasonal behaviour and influence of altitude on fog-water collection in the Eastern Iberian Peninsula (2003–2012). International Journal of Climatology, 1-20. https://doi.org/10.1002/joc.7954

María José Estrela & David Corell
María José Estrela & David Corell
Universitat de València
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